Las chinampas son un sistema agrícola ancestral de Mesoamérica con más de cuatro mil años de historia. Se ubican en lagos de poca profundidad y se construyen en forma de bloques rectangulares, formados por capas de sedimentos, lodo y vegetación. En ellas se cultivan flores, hortalizas y otros alimentos. Sus hermosas disposiciones geométricas, además de conformar canales, multiplican las riberas del lago, creando nichos ecológicos para la alimentación, reproducción y refugio de diversas especies, detonando así una explosión de biodiversidad. Este sistema captura carbono, purifica el agua y produce alimentos y oxígeno. Cada uno de sus elementos es igualmente importante y genera relaciones simbióticas que promueven la vida. En un mundo vulnerable ante el cambio climático y al borde del colapso ecológico, las chinampas nos enseñan un camino hacia el futuro. Es aquí donde surge Chinampa Veneta, compuesta por varias puestas en escena vivas, que durante los seis meses de La Biennale, estarán en constante transformación y crecimiento. En este espacio se exhibe una de estas puestas en escena: un sistema de chinampas que representa distintos momentos en su proceso de vida. La función comienza con la regeneración de una chinampa a partir del chapín, un pequeño cubo de lodo rico en nutrientes que resguarda una semilla en su interior. Las demás chinampas se disponen de forma paralela, evocando las riberas de los canales de Xochimilco y permitiendo que la audiencia fluya a través del espacio, como el agua entre los canales. Al centro se encuentra la protagonista: una chinampa viva, distinta a sus precursoras en México en la que conviven la milpa —sistema tradicional de policultivo ancestral— con la vite maritata —sistema agroforestal ancestral practicado en el Véneto y otras partes de Italia, en el que la vid crece entrelazada con los árboles—. Otra puesta en escena flota simbólicamente en la Laguna de Venecia como una analogía al Teatro del Mondo de Aldo Rossi, quien concebía el teatro como una bisagra entre la arquitectura y lo imaginario, capaz de tender puentes entre mundos. En esta ocasión, ese teatro se transforma en la Chinampa del Mondo y se presenta de manera orgullosamente ancestral, natural y orgánica, frente al entorno construido de la ciudad de Venecia. Conjuntamente, estas puestas en escena buscan crear puentes entre culturas y tiempos, entre Xochimilco y Venecia, abriendo un diálogo entre las últimas trincheras de cosecha, sus historias compartidas y sus fragilidades. Este proyecto ha sido desarrollado por un colectivo de personas dedicadas al diseño, la arquitectura, el paisaje, la agricultura, el cine y la animación, con el apoyo de un universo aún más amplio de voces de la academia, las chinampas, y la cocina, entre muchas otras, que a través de sus textos y conversaciones, nos han guiado a lo largo de este viaje. Agradecemos profundamente a todas y todos por compartir su tiempo y conocimiento, desde Xochimilco hasta Venecia.
Participantes
Estudio Ignacio Urquiza y Ana Paula de Alba, Estudio María Marín de Buen, ILWT, Locus, Lucio Usobiaga Hegewisch & Nathalia Muguet, Pedro&JuanaAldo Urban, Ana Paula de Alba, Ana Paula Ruiz Galindo, Andrea Mejía, Diego Manzano, Emilio M. Frausto, Federico de Antuñano, Ignacio Urquiza Seoane, Isabel Brocado, Jachen Schleich, Javiera Elicer, Lucero Chaires, Lucio Usobiaga Hegewisch, María Marín de Buen, Martina Duque, Mecky Reuss, Michela Lostia di Santa Sofia, Miguel Ángel Vega Ruiz, Nathalia Muguet, Paulina García Ortíz, Rodrigo Huesca, Sana Frini, Santiago Sitten, Shantal Gabriela Haddad Gómez, Xavier Delgado González, Yavanna Latapí.
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