Uno de los principales detonantes del arte es la manifestación de la realidad percibida en cada uno de los distintos periodos de nuestra historia. Desde esta perspectiva, el artista Carlos Amorales presentó la obra La vida en los pliegues durante la 57ª Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia.

Bajo la curaduría de Pablo León de la Barra, la exposición fue montada en el edificio histórico conocido como el Arsenal, sede del Pabellón de México en esa edición. El eje central del proyecto fue la búsqueda de nuevas formas de lenguaje capaces de evadir la censura impuesta en diversos medios de comunicación del siglo XXI.

Para su instalación, Amorales diseñó un conjunto de ocarinas con las que creó un abecedario encriptado, que puede ser interpretado tanto de forma textual como fonética, ya que cada una de ellas emite un sonido distinto conforme a la letra o signo que representa. Además, desarrolló partituras en papel cuyas notas musicales se presentan de manera abstracta, con el objetivo de generar en el espectador un nuevo e innovador método de percepción e interpretación. Todos estos elementos confluyen en el cortometraje La Aldea Maldita, que narra la historia de una familia de migrantes linchada al llegar a un pueblo.

El Pabellón de México adquirió una alta relevancia al reflejar de forma contundente algunos de los principales acontecimientos de 2017, como la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y los movimientos migratorios masivos registrados en distintas regiones del mundo.